viernes, 26 de agosto de 2011

Las edades

Las edades. Los errores, los aciertos. La gente joven se enamora intrépidamente, valiente y a veces poco reflexiva. Las edades avanzan y se crean familias o comodidades de soltería: para qué necesito a un pesado al lado que me quite libertad. Largos matrimonios se diluyen en el despertar de una falsa historia sentimental, que deprime y, con suerte, separa y devuelve a cada uno un espacio donde poder aventurar su vida; matrimonios igualmente largos han sido felices si se ponderan y solo se diluyen cuando llega el fin que siempre nos espera. La juventud es fresca pero en ciernes, cierta edad te comienza a dar una madurez que te sorprende, entre el ímpetu del joven y el declive de la tercera edad. También es cierto que las nuevas generaciones de ancianos se nos hacen mucho más longevas, y que no se sabe bien si, a partir de cierto punto, es mejor decir adiós a la vida o intentar arrastrar nuestras enfermas almas unos alientos más.

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