jueves, 26 de diciembre de 2013

Camino

Están a punto de estrenar en las salas de cine españolas la última película de los hermanos Cohen. En ella, un artista, en concreto un músico, atraviesa el difícil camino que le lleva hacia la, esperemos, publicación de su música, a vivir de su sueño, a vivir de su talento. Unas veces se nos tuerce el sueño porque el camino necesitó un giro inesperado. Siempre puede volver a aparecer esa oportunidad, la vida está llena de sorpresas. En otras ocasiones hemos perseverado sin demasiado norte y, hete aquí, un día encontramos quien nos dé claridad y el rumbo que nos faltaba. Otras veces, simplemente descubrimos que nos habíamos equivocado de camino, pero habíamos buscado uno. Muchas veces nos conformamos con el camino que nos impone la deriva y, otras, simplemente no hay camino. Feliz Navidad.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Hombro

El hombro. Una mujer es atractiva por su peinado, por su mirada, por su gesto. Hay, no hace falta irse muy lejos para verlo, una tendencia en la mujer de hoy de dejar al descubierto un hombro, jugar con el jersey que lo rodea, permitiendo fantasear con el sujetador del cual vemos el nacimiento del tirante. Ella puede utilizarlo para atraer al hombre, descubrir nuestra mirada, jugar al rechazo, poner más leña al fuego. Podemos caminar tras ella y verla bajar unas escaleras con su particular estilo, y observar ese hombro desde la espalda, cuando sus gestos serán vulnerables a la ignorancia de nuestra mirada salvo que, mujer ella, mire en el reflejo del cristal que hay a su, pongamos, izquierda al bajar unas escaleras que serán rojizas. Luego se cubrirá con un abrigo, volverá a la plática del rostro con rostro y melena al viento, y escucharemos y mantendremos la guardia alta ante el femenino desafío, y luego, cuando nos hayamos despedido de ella, recordaremos que, a pesar de su sugerencia, tan solo hemos visto ese hombro vagamente.

jueves, 12 de diciembre de 2013

De la belleza y el espectáculo

Se lucen por ahí curvas y abdominales. Que el ejercicio es sano lo sabemos todos, pero el culto a determinados cánones de belleza es una forma de esclavitud como aquella de que se liberaba Ulises en la Odisea al superar el obstáculo de las sirenas. Y es que, la presentadora o el presentador del telediario, con la cadencia de su voz, su atuendo y el filtro de su figura en el proceso de selección, así como la figura encargada del tiempo, los iconos del cine en su mayoría, los y las modelos por quienes tanto suspiran muchos sin haber caído en la realidad de compartir con ellos unas horas o unos días de sus, quizá anodinas o estupendas vidas, son un escaparate para el entretenimiento en el espectáculo global en que se pretende convertir a la vida para adiestrar el pensamiento, invitar a una felicidad ficticia y obligarnos a recordar muy vagamente cuál es nuestra propi belleza. Ésta puede estar en la mirada de nuestro amor que ve a través de nuestra obesidad, en la de quien sabe superar los prometidos tesoros ahora aparentemente conquistados en la belleza despampanante acorde con los tiempos de su pareja para ver a la persona en sí... En fin, que, tras el espectáculo ancestral del entretenimiento del personal, está el personal propiamente dicho.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Nuevas puertas

Una vida superflua muchas veces supone no haberse enfrentado a las zonas grises de la vida con la suficiente firmeza. Es frecuente la actitud huidiza ante la desgracia del prójimo antes tan agasajado, es frecuente la necesidad de compañía para evitar, por un lado, enfrentarse a la dura soledad que puede suponer renunciar a aquello que no nos hace felices; evitar, también, simplemente, el peligro de no gozar del enriquecimiento que supone la vida social.

Sin embargo, hay veces en que hay que decir me planto, desentenderse de la pareja o del amigo y meterse en la cocina a hacer un guiso mientras se escucha la radio, pasear mientras tratamos de aliviar nuestra ansiedad, empezando un camino que nos devuelve la libertad de ser nosotros mismos y, con un poco de fuerza y perseverancia, nos permite cobrar una fe renovada en la propia persona. Tarde o temprano, se abren nuevas puertas con un plus de experiencia, con el objetivo más perfilado y la percepción más fina. Entonces, habremos dado un paso adelante para saber quién es el amigo y por qué apreciamos su virtud, o nos descubriremos felices por haber descubierto de nuevo el amor en una persona que nos aporta más de lo que hubiéramos esperado.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Lo que fue

La memoria rara vez nos traslada una imagen nítida del pasado. El recuerdo está distorsionado por la forma en que hemos fantaseado regodeándonos en él a lo largo del tiempo, con nostalgia, melancolía o haciendo de él el icono de nuestras raíces. A veces conservamos una imagen, un lugar, la expresión de una mirada que nos es inmortalizada por una fotografía. Y, sin embargo, sí que nos queda una huella emocional, una cierta poesía inconsciente de lo que fue la magia de nuestra vida. Aquella que ha contribuido a forjar nuestras emociones y nuestro carácter. Los seres queridos que se fueron, los amores pasados, viejas amistades, viejos tiempos, un trauma puntual. Todo ello ha ido conformando nuestras vidas y vale la pena detenerse de vez en cuando en un silencio interior para recorrer esa extraña forma de autoconciencia y dar riqueza a algo tan propio como es el ser de uno.

jueves, 21 de noviembre de 2013

La libertad de elegir

Desde que el mundo es mundo se han dado las más diversas formas de amor. La geisha enamorada del guerrero que acudía a visitarla a la vuelta de sus lances, esperando y esperando unas palabras de amor comprometido que se quedaban en regalos y carantoñas; la dama de la alta sociedad que vivía una pasión con su jardinero; nuestros españoles príncipes rompiendo la tradición de mezclar sangre azul con sangre azul. Y media España casposa que ha estado enamorada de la Princesa del Pueblo. El amor puede ser pasional y arrebatado, con un fuerte componente sexual; romántico, espiritual... Sobre todo ello tenemos buenas muestras en la literatura, desde El Banquete de Platón, pasando por El Arte de Amar de Ovidio o Las Amistades Peligrosas, de Laclos, hasta los consultorios de pareja actuales, los sexólogos o el flirteo por internet. Hay que ver que, bebiendo de la tradición pero avanzando con el progreso, las relaciones cambian con la época, y hoy no es extraño pensar, mirar, recibir la mirada de otro hombre o mujer soslayando la incógnita de la situación sentimental del otro. La vida se abre al amor, creo yo, en la libertad de elegir.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Yu Hua

La semana pasada, casi por azar, descubrí que se celebraría un diálogo con un célebre, pero para mí y para muchos españoles desconocido, escritor chino: Yu Hua. Y allí que acudí. Tuve la ocasión de comprobar como, antes del acto, se le notaba un poco cansado. Pero luego no lo dejó traslucir.

Yu Hua empezó como dentista y, horrorizado de sacar tanto diente, se decantó por un oficio más relajado. Leyó entusiasmado al japonés Kawabata, quedó anonadado con Kafka y bebió la literatura de Dostoievski no sin darse cuenta de que, quizá, el hombre era un poco excesivo. Cuando se nos habla de un autor que, probablemente, sea el escritor chino desde la China que goza de mayor prestigio entre la crítica internacional y que vende millón y medio de ejemplares dentro de su país, tendemos a pensar en literatura elevada, solemne. Sin embargo, ¿qué es literatura elevada? He leído las primeras cincuenta páginas de Brothers, un novelón de Hua publicado en Seix Barral, y lo primero que hace es hablar de un adolescente que es pillado in fraganti espiando a las mujeres en las rendijas que separan las letrinas de los hombres y las mujeres. Y resulta cómico, desinhibido, moderno y con un lenguaje que no hace ascos a repetir hasta la saciedad la palabra "culo" para expresar las formas de la mujer.

Decir como curiosidad que, entre el humor y la ligereza que me pareció percibir en su intervención, habló de nuestro Quijote, "a pesar de ser un libro un poco pesado", más o menos. Así que, si a alguien le tienta escribir, ya sabe que no sólo puede hablar de las estrellas.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Feliz literatura

Los amantes de la literatura estamos de enhorabuena. Y los que se quieran iniciar en su más excelsos secretos, también. Con motivo del treinta aniversario de la colección Letras Universales, la editorial Cátedra ha publicado, entre otros títulos, la Antología Catédra de Poesía de las Letras Universales. Ahí podemos recorrer una selección de textos de todo el arco histórico sin necesidad de entrar a invertir un excesivo tiempo en autores que todavía desconocemos: nos da una idea y a través de sus mejores obras. Así, nos vamos cruzando con Homero, la poesía erótica griega, Ovidio, los genios chinos, la poesía romántica francesa, John Donne, Keats, Emily Dickinson o, lo he descubierto con esta obra, Gottfried Benn. Si un autor o autora o anónimo nos parece demasiado árido o aburrido, siempre podemos pasar al siguiente y saber que, de este tocho de 1000 páginas que conseguimos por solo unos doce o trece euros, cualquier pequeña parte es una joya y ya de por sí vale la inversión. No hay ninguna obligación de recorrer todas sus páginas, solo curiosear en el índice y dejarse llevar. Feliz literatura.

jueves, 31 de octubre de 2013

Turbios

Una niña pequeña se asoma a la verdulería dejando el escalón tras de sí. Hace poco que sabe andar, parece que va a recular: la avisamos. Su abuelo dice que tiene el escalón controlado y, al menos, lo cierto es que solo hace falta decírselo una vez para que se dé cuenta. Un poco más mayorcita, una chica adolescente es reclamada como virgen, drogada y obligada a practicar sexo sin preservativo. Muchos clientes son un montón de chavales que quieren sexo fijo, el que no les asegura la discoteca. Otros simplemente buscan carne suave y tierna. Más mayorcita, veo a una joven en el metro mientras viajo sentado. Tiene su estilo, no es delgada ni gruesa, y es agradable a la vista, como lo es un hombre para una mujer heterosexual. Un treintañero grueso se sitúa a su lado. Contemplo la escena. Al momento, ella huye despavorida. Eso me despierta la alerta, observo al hombre. La mujer se ha ido a un vagón lejano, fuera del alcance de la vista. El hombre se va al vagón vecino, le veo. Observo su conducta, hay tres chicas allí si no recuerdo mal el número. Pero no hace nada. Pasamos un par de paradas, se sube otra joven a mi vagón y se sitúa en el mismo lugar manoseando su móvil. El hombre se acerca, no sé si levantarme o permanecer vigilante. Le dice algo a la chica y enseguida ella huye despavorida. Un poco alterado, en la siguiente estación se acerca a la puerta que tengo al lado para bajar: le observo de cerca. En la parte trasera de su cazadora vaquera pone "sex, drugs & rock n´roll", y no parece haber sido un cabecilla de panda, parece más bien un tío gris al que los vicios de nuestra sociedad han convertido en un ser totalmente turbio. Me fijé en la niña pequeña un par de días después, naciendo a la vida.

jueves, 24 de octubre de 2013

Las relaciones

Uno mira a sus padres, a sus abuelos, y ve cómo han mantenido un firme matrimonio, hasta el final de sus días muchas veces. Han creado una familia, orgullosos de los lazos que se hayan podido crear entre los miembros de ésta. Quizá han tenido nietos, y el fruto de su relación se hace entonces más palpable. Pero, ¿ha sido realmente amor o una convención? ¿Han valido la pena las etapas grises, los momentos sin cariño han sido compensados por aquellos con cariño? ¿Qué peso han tenido el vacío y la soledad? ¿Han recorrido realmente un hermoso camino junto a su pareja?
Hoy en día eso, creo yo, ha saltado por los aires. Es mucho más común la libertad de experimentación con diversas parejas, y ello permite un margen para el ensayo y error. Hay una libertad sexual que invade la tierna adolescencia y nos hace temblar por la relajación de las prevenciones sanitarias. Ha habido, sin embargo, avances con ello muy evidentes en todo lo que concierne a la visión de la pareja, siempre que se entienda por ello su liberalización. Pero uno echa de menos la educación en el amor, el sentimiento, acompañados cómo no por el morbo y la sexualidad, si es que no forman ya parte de ello. Parece que, entre tanta tormenta sexual, se ha olvidado el amor.

jueves, 17 de octubre de 2013

Ciclo

La vida es un constante proceso de cambio y permanencia. Cambio porque vamos creciendo y adquiriendo sabiduría, nociones e ideas nuevas con ello. Perspectiva. Permanencia porque descubrimos con esta sabiduría que hay cosas que nunca cambian. De esta manera, en nuestra infancia y adolescencia escuchamos a regañadientes cómo nuestros padres se preocupan por nosotros e insisten en que vayamos con cuidado con esto y lo otro, que si los patines o la moto. Que si cruzar la calle. Y un buen día nos descubrimos a nosotros mismos preocupándonos por que no se despisten durante un viaje o no decaigan por un exceso de sensibilidad. Y descubrimos entonces el sentido que tenía ser padre o madre con el niño o la niña, y descubrimos ahora que ese niño o niña ya es un hombre o mujer que reconoce el ciclo de la vida, como si el eco inconsciente que le había llegado durante toda la vida se hubiera hecho consciente en un instante. Entonces nos damos cuenta de que hemos crecido, pero también de que hay cosas inmutables. Y miramos hacia delante, y vemos con interés y un ligero desconocimiento a esos padres que van un ciclo más allá en esta aventura de descubrimiento que es, por supuesto, la vida.

jueves, 10 de octubre de 2013

¡Serán pedantes!

El otro día acudí con interés a la presentación de un libro traducido al español. Particularmente, tenía inquietud por conocer al escritor, ver qué aires desprendía en persona. Llegué y estuve deambulando por el lugar con la vista puesta en los sillones todavía vacíos de la zona donde se celebraría el acto. Esperaba que alguien se sentara para hacerlo yo también. Sin embargo, la espera se alargaba. Hambriento y sabiendo que en la cafetería situada justo al lado de aquellas deseadas sillas me iban a cobrar más de la cuenta, me compré algo que fuera consistente y salí a la agradable terraza mientras pensaba en el pedante camarero y miraba a través de los cristales hacia las sillas. Habiendo dado cuenta de mi alimento y percibiendo que la gente iba sentándose, me apresuré en buscar sitio. Todo fueron alabanzas a aquel autor aparentemente enigmático y dotado del don de la profundidad.

Una mujer mayor, digamos una abuelita de rostro risueño que parecía delatar un excelente sentido del humor para la vida, atravesó la sala algo inhibida por mi zona, pues no había otro medio para pasar de la cafetería a los servicios o donde fuera. Lo hizo en sucesivas ocasiones y, como digo, cada vez más desinhibida, mientras el escritor traducido nos desvelaba las profundidades de sus novelas. Cuando ya había acabado la conferencia y se había enfriado la emoción inicial, pensé que quizá aquella señora estuviera pensando en lo absurdo que resultaba aquel espectáculo de gente entregada al extranjero escritor y sus dilemas mientras ella disfrutaba de una tarde con, muy probablemente, unas pastitas, un buen café y una conversación en la que se partía de risa, ¿también de nosotros?

jueves, 3 de octubre de 2013

De la ignorancia a la sabiduría

Es curioso cómo funcionan las relaciones entre el hombre y la mujer. Un tipo con la estela de una larga relación truncada que quizá le haya dejado dos o tres hijos puede dar tumbos a un lado y a otro, y aprender de ello a base de palos y el encuentro de un centro final. Mientras tanto, una persona más agradable a la opinión común, puede pensar sin dudar que su vida es feliz porque tiene una relación estable con una mujer tal vez virtuosa, ya que hablamos de la virtud la semana pasada, tiene un trabajo estable, cocina, recoge bolets en el monte y se considera responsable. Esta misma persona puede declarar entusiasta con un sentimiento triunfador que está pensando en tener un hijo. Y todo ello sin haberse planteado si quizá le convendría descubrir a más mujeres o su condición sexual, dando por sentado que sigue la heterosexualidad que tanto gusta a sus padres que le invitan a comer cada fin de semana.

Descubramos, defendámonos y atrevámonos. Tracemos nuestro camino y dejémonos trazar por éste, y si esta persona finalmente descubriera tras ello su amor por las mujeres las vería con mayor libertad, sutileza y sabiduría.

jueves, 26 de septiembre de 2013

El ejercicio de la virtud

Es curioso cómo el aire fresco de la montaña solitaria puede hacerte mucha más compañía que el bullicio de la ciudad. A veces camino a lo largo y ancho de calles, plazas y parques, veo gente diversa, tiendas, restaurantes, bares... y respiro: el rato me ha dado vida y he movido las piernas. Sin embargo, otras veces caminar entre una aglomeración asfixia más que estimula, aunque vayan con sus críos o que la gente se cite con felicidad para pasar un rato agradable. No ves a tu alrededor elementos que te hagan despertar, y no cabe más que aferrarte a ti mismo, citarte con unos pocos detalles y seguir respirando.

Y es que para salir adelante en esta vida hay que tener la suerte de poder buscar, buscar hasta encontrar, encontrar y regar, regar hasta convertir en virtud la paciencia, la perseverancia, la convicción, un particular sentido de la vida que nos es dado a cado uno de forma individual.

Una persona cercana me ha dicho que echa de menos los ratos en que puede dedicarse a leer tranquilamente, y, tras conversar un poco, acabamos por coincidir en que es más importante lo que sucede en su cabeza que lo que sucede en el libro: en ese momento vital, para él. No sé exactamente por qué incluyo esto, quizá sea para expresar que, uno mismo también, por mucho que hable de literatura, la lea y la escriba, a veces debe estar más centrado en la prosa que sucede en su interior.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Amar

Un ciclo de vida puede entregar amarguras, tristezas, pequeñas esperanzas convertidas en sueños rotos. Grandes expectativas truncadas. El rodaje en la vida que vamos acumulando con las experiencias es algo fundamental y, si aprovechamos los ciclos que se van produciendo en nuestras vidas, aquellos que, sin poder evitarlo, tantas veces nos han producido cojeras, podemos coger el sentimiento de vivir por los cuernos, ser fieles al lazo y a la entrega que se nos ha dado de una forma o de otra, ser capaces de conducir nuestras vidas orientándonos directamente por el sol o por la luna y respirar, compartir, corresponder y hacer que nuestra vida y la de los nuestros crezcan. Sufriendo quizá un poco, pero a la busca de la felicidad de unos y otros, con cariño.

Los platos rotos de la vida a menudo cicatrizan porque no se ha sabido gestionar el recuerdo del cariño hacia la misma. Vivir es amar, la naturaleza que nos ha intimidado; al prójimo por el que nos hemos preocupado en su peligro o que se ha preocupado por nosotros. Vivir es amar al prójimo, y la literatura, empiezo a pensar, es un ejercicio de amor en libertad realizado desde un escondite. Iniciamos nuevo curso, ya estamos de vuelta.

jueves, 29 de agosto de 2013

Paréntesis

Vamos creciendo, cambiamos, nos volvemos más complejos y a la vez vemos algunas cosas más claramente. El camino de la vida se nos antoja lleno de momentos y matices: de felicidad, alegría, tristeza, ansiedad, miedo, valentía, angustia, euforia... El camino de la vida también se nos presenta muchas veces como un trayecto rutinario en el que tenemos que seguir leyendo las letras de la vida presentadas ante nuestros momentos de reflexión un rato por la tarde mientras vamos hacia el metro o por la mañana mientras miramos aburridos por la ventana. En esta España nuestra tan perdida, hace falta tener un espíritu valiente, soñar con proyectos y tratar de esbozarlos hasta que cobren forma. El deporte o la cocina son tópicos ejemplos para un montón de vidas que vemos todos los días por la calle, observándolas y creándonos una ligera opinión, y que conforman el entorno, la compañía más cercana o más lejana, de nuestros barrios, pueblos, ciudades, país. Miremos allende las fronteras de nuestra mente y nuestra geografía, y reivindiquemos lo genuino de nuestras raíces, de nuestras familias, de nuestras amistades, de nuestras parejas. Vivir y dar vida. Me despido de vosotros hasta dentro de tres semanas deseándoos una feliz vuelta a la rutina, semanas felices. Os buscaré fiel entonces en este blog que nació un verano como el que ahora acaba.

viernes, 23 de agosto de 2013

Cómo comer

Dicen que no hay nada como comer en casa. Sin embargo, quién negará que es más cómodo que te preparen la comidita en un restaurante, que te agasajen y no tengas que limpiar platos ni cubiertos sucios. Simplemente comer, conversar y salir tan contento del restaurante... ¿Tan contento? Corriendo los tiempos que corren, uno, ya puesto, busca un restaurante con comida que, si no es la de casa, sí sea decente y a buen precio. Si es un menú que permita tragar saliva sin problemas antes de cruzar el umbral del restaurante mejor que mejor. Comes, conversas, si hay suerte y tu acompañante no es de mucho comer te acabas su plato, sacrificas el postre en favor del café viendo ya venir la cuenta y, cuando te levantas de la mesa hacia la caja y aquella dependienta que no te ha hecho ni caso mientras esperabas al café va solícita a cobrarte, te suelta el mandoble de una factura con suplemento por el plato de tal o cuál cosa en lo que no habías caído. Pagas dejando una propinilla de sonrisa postiza y te vas a hacer la digestión paseando un poco, con un pequeño remordimiento por el bolsillo un poco más vacío y la repentinamente recuperada sensación de que comer en casa no es sólo mejor, sino más barato... pero con ese hueco de complacencia para disfrutar de la sensación de que has sido un pequeño sibarita y eso, aunque las atenciones y los sabores hayan quedado atrás, está en sustancia todavía iniciando su recorrido por tu estómago.

jueves, 15 de agosto de 2013

Y un rostro para enmarcar

Sorprende cómo la vida repite el lugar común cuya cantinela hemos oído siempre y llegamos en algún momento de nuestras vidas a experimentar. La juventud atrae al sexo opuesto muchas veces por la frescura de su cuerpo, su vivacidad inocente, un punto quizá ingenuo que la hace más maleable. En cambio, si miramos hacia arriba en la franja de edad, vemos cuerpos que ya han pasado su mejores momentos, a los que no sienta tan bien un escote o una camisa más ceñida de lo necesario para no delatar la curva de la felicidad. La mujer madura, el hombre maduro, han dejado normalmente atrás inocencias y sueños desproporcionados para encontrar un punto más realista en la vida, donde le piden cosas más normales, reales, y han podido conformar una mente más equilibrada. Siempre está, sin embargo, quien no sabe madurar y siempre estará en una nube, o el o la joven precoces en su lucidez, serenidad, sorprendentes quizá en su valentía. Así, no extraña a nadie el caso del viejo inmaduro que se lía con una joven embelesada por su status, de la misma manera que uno recuerda con una grata sonrisa al anciano escritor José Saramago que pasó los últimos años con una mujer mucho más joven que él con la que se complementaba a las mil maravillas. Y todo esto cuando al hombre que soy yo se le va esfumando poco a poco el calor del verano y con él los bellos cuerpos juveniles que hacen un regalo a la vista o la elegancia nocturna de una mujer madura ataviada con un hermoso vestido negro, collar y un rostro para enmarcar.

jueves, 8 de agosto de 2013

Telegráfico

Jueves. Lluvias nocturnas. Ha clareado, la temperatura se ha suavizado. Noche de insomnio, excitación. Despertar repentino: una llamada tempranera. Recuerdos de una película de culto vista recientemente en reposición en cine: contraste: valorar el tacto, el calor, el cariño. Expectativas. Todo un mundo: escribir ficción. El buen lector y el lector mecánico, de consumo, insensible a la calidad artística de la novela, tan solo guiado por el márqueting, las ventas, el boca a boca grandilocuente. Un libro complejo, casi ilegible: si puedes bien, sino no hay que flagelarse. Noche, música clásica a bajo volumen, sueño. Calma y pausa. La complejidad y la riqueza del trato humano, puede invitar a un mundo de ficción. Sentimiento filial, sentimiento de pareja, amistades, un bebé al que ves crecer a marchas forzadas mientras su madre le da ora de mamar, ora la papilla. Nos vemos.

jueves, 1 de agosto de 2013

Graduarse en vacaciones

Escucho ahora en la radio a un niño de doce años pidiendo la canción Mrs. Robinson, de Simon & Garfunkel. El locutor le indica que es la banda sonora de una película llamada El Graduado, qué aventura vivirá el crío cuando vea al joven Dustin Hoffman seducido por los placeres del morbo femenino. Y es que se vive un ambiente vacacional en todos lados, con las ciudades vacías. En la ciudad en la que vivo tan solo son fieles figurantes los turistas, bien sean nórdicos bronceados como cangrejos o japoneses que se gastan un pastón en comer marisco sin saber cómo comerlo correctamente.

Es una tentación pensar en aplazar las vacaciones para la temporada baja, cuando no habrá tanto follón en los lugares de turismo y será todo más asequible. Un viaje solo, en pareja o con un amigo, en grupo... En cualquier caso, tarde o temprano, viajes que nos permitan desconectar de falsos valores como el éxito profesional a toda costa, vernos deslumbrados por ricos de programa del corazón, guapas de anuncios de champú o futbolistas sobredimensionados. Respirar, comunicarse con el otro y con la naturaleza, vivir.

Feliz inicio de las vacaciones a quienes las hayan estrenado hoy.

jueves, 25 de julio de 2013

Grato y asequible

Una niña sale a la calle en Arabia Saudí. Camina, corre, el viento y sus movimientos le agitan el velo, despreocupada, feliz. La pantalla no desprende grandes efectos especiales: imágenes de un portal, escenas en un colegio, una tienda, algo de la ciudad, poco más.

El mensaje de la película es un llamamiento a la libertad de la mujer, no muy rimbombante: el derecho a tener inquietudes, quizá un poco picarona, de hecho graciosamente picarona. Quiere tener una bici para echar una carrera a su amigo. Su título, La Bicicleta Verde.

Cuando dejas pasar un tiempo desde el estreno de las películas, queda un poso que son los pequeños cines de culto que con sus salas modestas nos proyectan las películas que ya no tienen tanto bombo a precios amables. En tiempos de crisis se agradece saber que la cultura, algo que enriquece tanto, no tiene por qué ser cara. Sin embargo a uno le queda el vacío de no poder ir al teatro o a un espectáculo de danza con más asiduidad: los precios suelen ser prohibitivos. Cultura de lujo, cultura universal. Un buen libro cuesta poco, la música, según,  también. La vida pasea por la calle y sus ojos ven vestidos y actitudes: el estímulo a la imaginación es grande y la humanidad se convierte en un acervo cultural de lo más natural que luego empalmará con esas obras de arte que nos hablan sobre la vida.

jueves, 18 de julio de 2013

La belleza

Supongo que de aquello de que la belleza está en el interior uno se da cuenta si madura un poco. A nadie se le escapa que hay un culto a la belleza física, que incluso se confunde con la virtud intelectual, que llega a convertirse en un mito cegador.

Sin embargo es cierto que un hombre rollizo, una albóndiga de hombre, puede pasarse la tarde jugando tan feliz en la playa con toda la panda de hijos y sobrinos, dar felicidad con sus comentarios a los acompañantes adultos, quizá por cierto carisma, y todo ello habiendo resultado bastante decepcionante a primera vista.

Una mujer puede tener la cara atravesada por una cicatriz derivada de qué sé yo qué accidente, o estar coja, incluso haber perdido una pierna, y ser completamente virtuosa (Qué evidente, ¿verdad?). Sin embargo, cuando nuestra mirada cruza su anatomía con la de otra mujer algo más despampanante no es extraño que la mirada se nos vaya y la imaginación se convierta en virtud. No nos engañaremos diciendo que la belleza física no es hermosa, pero recuerdo aquellos cuadros de Lucien Freud en que los cuerpos salen tal y como son en realidad, sin disfraces o sacrificios excesivos.

Todo esto viene a cuento en fin para decir, una vez más, que la belleza es todo un atributo físico, pero que con su naturalidad se encuentra especialmente en el interior.

jueves, 11 de julio de 2013

Disfrutar del verano

Con el verano, mucha gente ve entrar en su estado de ánimo una felicidad derivada de días más largos, vacaciones cercanas o ya presentes, jornadas intensivas... Sin embargo, luego llega el momento en que el día empieza a ser más corto, la temperatura más ligera (si bien este año estamos viendo cómo se revela contra las más lógicas predicciones para el estío), y una ligera tristeza por el carnaval que se esfuma aparece.

Pero no es todo tan malo, al menos para mí. El calor del verano está bien un rato: odio las temperaturas tan altas, los sudores, no poder caminar por la calle tranquilo hasta la encantadora media tarde en que la brisa hace acto de presencia. Hecho de menos algún aguacero, una camisa de manga larga. Con lo tonto que insinuaba que se está poniendo este verano es posible que logremos esa fiesta de mezclar las temperaturas calurosas con otras más moderadas y algunas lluvias.

En cuanto a las opciones para las fiestas, a veces más que un hotel en la playa quien se lo pueda permitir, apetecen cosas más cotidianas como una obra de teatro, una cena en la terraza de casa si tienes terraza (no nos pongamos catastrofistas pensando en la casa, intentemos pensar que estamos de vacaciones): buena compañía, disfrutar de tu ciudad, pasear mientras arreglas el mundo conversando con tu acompañante. Disfrutar de los placeres del cariño, ser lascivo. En fin, que también es la época para un buen libro y no necesariamente hay que gastarse dinero para disfrutar de la vida.

jueves, 4 de julio de 2013

Estímulos

Lindas con una zona deprimida, un lugar donde los sueños son la picardía soez y maleducada. Más bien pillería. Los negocios cutres, los bares donde descansa la prostitución, quizá aprovechando para convertirse en escaparate. Pocos sueños de nobleza. Pero allí, en lo más recóndito de la falta de esperanza, descansa un edificio que estremece con las imágenes de un Hamlet hablando en su inglés original. Quien quiera disfrutar de perlas de antaño tendrá que mezclarse un poco con este lado de la realidad social. Quizá tenga alguna arcada o miedo mientras espera para entrar en su sesión, pero una vez dentro gozará de lo que sus vecinos quizá desconozcan: la magia de la cultura.

Esta vez fue Hamlet. La longitud de la proyección en blanco y negro hacía pensar que se podía convertir en un visionado muy pesado. Sin embargo la trama arranca, las imágenes son bellas, la música entra en su justo momento, la cámara está bien situada y los decorados, a medio camino entre lo teatral y lo cinematográfico, juegan bien con los personajes que se esconden y aparecen. La película, de Laurence Olivier, conmueve y estremece. Es un encuentro con la humanidad que no obliga a hermanarse con la sordidez que encontrarás al salir del edificio. De hecho, en la sala hay más de un pedante. Sin embargo, de una manera o de otra, la película ha puesto su semilla en el público; pero tardarán en las calles colindantes en tener la posibilidad de inquietarse por un acontecimiento así. Quizá su espectáculo sea simplemente ver a la fauna que entra y sale del edificio mientras ellos permanecen en la inopia. Hace falta cultura que despierte la inquietud, y para ello hacen falta estímulos y posibilidades. Pero parece que le importa tan poco a un paquistaní de los que frecuentan la zona como a quienes podrían darles estímulos y posibilidades. Más de dos horas y media. La película me pareció maravillosa.

jueves, 27 de junio de 2013

Aura

A la hora de comer, desde una terraza interior. Ante ti edificios con la adolescente que camina atravesando la puerta acristalada del salón que da al balcón, una mujer tendiendo la ropa en cuerdas. Más abajo, a ras de suelo, los pisos son privilegiados: gozan de patios en los que colocan una canasta para los chavales o un toldo para el verano.

En uno de los patios privilegiados una mujer ha sido vista regando las plantas con dedicación durante la tarde avanzada. Tiene pinta de jubilada, sesenta y tantos. Otras veces ha estado leyendo el periódico en la mesa, tranquila bajo el parasol, morosa, con interés plácido. En una ocasión te ha sorprendido ver a su marido sentado en una silla que permitía estirar las piernas, dibujando o escribiendo, no sé muy bien.

Hoy comen juntos unos platos que desde la distancia parecen bien elaborados, los comen con gusto y modales en la mesa. Parece que ha cocinado ella. Se toman su tiempo. La mujer coge una sartén y vierte el segundo sobre los platos, suyo y de su marido (tienen un gato, pero debe alimentarse de comida para gatos), se vuelve a sentar y siguen con su tranquila ingestión, conversando de vez en cuando, gozando de la comida. La siguiente vez que sales al balcón ves que la mesa ya está recogida y ella está sola leyendo en la mesa. Sigue muy tranquila. Su lectura se dilata una hora: se empolla todo el periódico. Al rato, la ves tendiendo la ropa en las cuerdas del patio. Sales después y ya ha parece haber colgado toda la colada. Ha desaparecido. Quizá sea esa una lectura bonita de la jubilación, cuando la pareja es aún joven, la relación es buena y la economía saneada. Sin embargo, quizá sea la gracia que aparentan para vivir, parecen desprender un aura feliz, cierto dominio de la vida.

jueves, 20 de junio de 2013

Vicios

Escuché de una persona surcada por la vida, que había no obstante dejado el vicio hacía poco, que el fumarse un cigarrillo es una tentación, porque es (era, hablo de hace un tiempo, cuando los tiempos no se habían disparado. Pero bueno... sirve aún) la forma más barata de encontrar entretenimiento. Te enciendes un cigarrillo sentado junto a la ventana, pensativo, y vas viendo cómo se consume mientras juegas a echar el humo.

Sin embargo la edad deja la huella de la herida que nos ha ido dejando el tabaco y van creciendo la tos y la mucosidad, la sensación de que el tabaco no te hará nada, de que eres inmune, mengua, y un buen día, más si cabe con las políticas actuales al respecto te pones el propósito de dejarlo. Hoy es más fácil, pues: en el trabajo no se puede fumar, ni en un restaurante. "No está bien" fumar delante de niños.

Y puede que, de tanto tiempo que te ha tenido entretenido el juego del humo, cuando llega el momento de dejarlo antes de que sea demasiado tarde, el mono sea excesivo. El hábito se ha consolidado como la respiración, el mono es una sensación que no podemos desatender. Y es así como, un buen día, nos podemos llevar, por fortuna un buen susto que nos lleve a dejarlo de cuajo, por las malas una visita de las parcas que se nos llevan de una vida que hubiera querido ser más longeva. Por sí misma, pues seguramente la persona tuviera ganas de vivir; por sus amigos, compañía y cariño; por su pareja, que la quiso.

Todo esto me lleva a pensar que hoy aparece en las portadas de los periódicos la muerte del protagonista de la serie de televisión Los Soprano, a los 51 años, probablemente de un infarto ¿Obesidad? ¿Tabaco? ¿Sedentarismo? Es cierto que a veces no podemos dar abasto con todo y lo mejor es vivir lo que nos toca de vida lo más felizmente posible.

jueves, 13 de junio de 2013

Tradición y modernidad

Vivimos tiempos en los que la noticia viene marcada por una empresa que ha logrado entrar en los archivos secretos del Pentágono con sus hackers, o un exagente de la CIA hace lo propio para denunciar la escucha indiscriminada de las comunicaciones telefónicas de los ciudadanos a lo largo y ancho del planeta.

Sin embargo, hay otro mundo, el mundo de aquellos que están apegados a lo antiguo, a sus costumbres cuando menos, y vemos cómo tal escritor aún escribe a mano o tal otro a máquina. Instalar en el ordenador un antivirus, bajarte un programa legal de descarga de música... operaciones tan simples para el común de los mortales pueden ser letales para ese antiguo de lanza y casco.

No obstante, hoy en día hace falta más que nunca, quizá porque se está devaluando y, por tanto, perdiendo, recuperar el viejo espíritu de la lectura. Que no se tome por suplicio la lectura de Cervantes o tantos otros clásicos. Aparece el libro electrónico y, a la vez que inspirar la posibilidad de suponer una salida ante la revolución tecnológica, nos hace sufrir por el pirateo o nos lleva a la nostalgia del libro de papel tradicional.

jueves, 6 de junio de 2013

Antonio Muñoz Molina

Han concedido el premio Príncipe de Asturias de las Letras a Antonio Muñoz Molina. Tras los silbidos en el Liceo, se ha hecho evidente que también el príncipe atraviesa horas bajas, en una institución, la Monarquía, que corrupciones aparte me parece ya desfasada. Asturias no la he visitado nunca, pero siempre me han dicho que es una zona verde y hermosa. Siento predilección por las letras, y este extraño premio que se concede cada año ha adquirido un prestigio que no le voy a negar. A pesar de haber leído tan solo una novela muy breve de Antonio Muñoz Molina, que además no me gustó: "En ausencia de Blanca", he seguido durante mucho tiempo la página que tiene reservada en el suplemento cultural Babelia hasta el punto de convertirme en un verdadero fan a quien se le ha acabado por volver a despertar el interés en leerlo. Cuando me preguntaban sobre autores españoles contemporáneos a quienes quisiera leer, no faltaba él, o aparecía en primer lugar junto a Luis Landero o Miguel Delibes, con quienes ya he empezado a saldar mi deuda. Dicen que una de las grandes novelas de Muñoz Molina es "El jinete polaco", y ahí queda la sugerencia de la que también he tomado nota para mi persona. Sin embargo, no prometo que guste, primero porque no he leído el libro, segundo porque he oído que lectores medios se aburrían tanto con el libro que lo dejaron antes de acabarlo. Para las personas que tengan este temor y sigan deseando leerle, decir que luego publicó obras como Plenilunio, un thriller que, quizá, mantenga más fácilmente enganchado al lector. La empatía que siento hacia el escritor me hace manifestar que hubiera deseado tener más elementos para valorar su obra a la hora de recomendar una novela suya.

jueves, 30 de mayo de 2013

Humanidades

La música pop y rock tiene aquello de alegrarte con unos ritmos y voces que se suelen seguir sin un excesivo esfuerzo y a veces con mucha facilidad. En el caso de la música pop, incluso en el caso de la buena música pop, te envían un mensaje optimista con fuerza o simplemente pretenden hacerte pasar un par de minutos agradables quizá tarareando la canción, en un inglés que apenas entiendes muchas veces.

El caso de la música clásica me parece diferente. Aunque quizá te llegue a dar más placer que la pop-rock, supone un esfuerzo de implicación y una dedicación en cuanto a tiempo que no requieren las otras. Mientras unas duran tres o cuatro minutos y son acompañadas por una voz muy reconocible, las piezas de música clásica son más largas o mucho más largas. Sin embargo, quizá, estas últimas se acercan más a lo sublime y las primeras a la comunicación directa con el oyente. La música clásica, como la buena lectura, creo yo es principalmente un arte destinado a minorías. Por buena lectura quizá me equivoco y refiero algo denso y complejo. Pero no, lo cierto es que suele implicar un cierto esfuerzo que no pide el producto de mercado y que, si lo realizamos, podemos llegar a disfrutar de obras sumamente divertidas sin perder el tono artístico. Y creo, como otras muchas voces que se oyen, que es una adecuada educación que despierte la inquietud un primer y fundamental paso para cuidar eso que está tan herido hoy y se llama Humanidades.

jueves, 23 de mayo de 2013

Especial

Ante tu mirada un cubierto lleva el alimento a su boca. Pelo corto, mirada enigmática que acompaña la sonrisa de esa boca una vez ha digerido con dificultad lo que masticaba. La luz entra con voluntad, el rumor es cálido. La vida sonríe especialmente en unos momentos muy señalados.

Caminas avistando cerca de ti una zona de hierba agreste, cerca de la que corre un discreto río con su rumor hipnótico. Todo el entorno es monte, monte que conserva las huellas de un incendio cercano: el verde mágico de la naturaleza enseña su reverso triste, aquel que debió infundir temor: desvela la huella del peligro, del incendio, de la catástrofe. Una pequeña ventana a través de la que apenas entra luz te muestra un cuadro del bucólico río.

La noche se cierne sobre ti compartiendo íntima conversación que va acercando dos almas que buscan entendimiento y confidencia. La oscuridad, la unión, el sueño.

Un desayuno frugal, un día tonto, llueve a cántaros. La comida se convierte en una celebración de la intimidad. La tarde muestra la debilidad, el ansia de relax, sin mayores intereses que sentarse ante una copa de vino o si lo prefieres una cervecita. La noche te lleva a la grata sorpresa, el giro inesperado y la culminación cómica.

Una mañana tierna, regreso.

jueves, 16 de mayo de 2013

Lo genuino

Hay cosas que, a fuerza de sonar puras, llenan. Una canción sin artificios no te lleva a tener la sensación de ruido y tiempo perdido, a desconectar de la actividad que habías iniciado con voluntad. Una película que no dice nada te obliga a plantearte para qué te has tirado dos horas de una tarde de domingo perdiendo el tiempo, más aún si no sólo no te cuenta una historia sino que trata de darte gato por liebre: usar trucos para enganchar, la guapa, los leones, el galán que la liberará del marido aburrido, la aventura de la que se van a salvar con el botín... todo eso podría funcionar si no fuera porque la guapa no es una buena actriz y se la cuela por sex symbol, si el galán no hiciera un papel caricaturizado, si la aventura tuviera la mínima frescura que elimina el control de la historia para una digestión fácil y eficaz para quien no esté prevenido en esas horas de santo descanso dominical.

Pero basta de hablar de cine. Todo esto se puede llevar a que te sirvan una copa de vino peleón o no, a que respires el dióxido de carbono de un tubo de escape o el aire del monte. A que te fijes en una mujer elegante o esclava de la moda. A que fumes o estés liberado del vicio. A que disfrutes de buena comida o comas sándwiches y bollería industrial. En fin, que como lo genuino no hay nada.

viernes, 10 de mayo de 2013

El arte en crisis

Fui a ver hace unos meses Amor, película de Michael Haneke ganadora de múltiples premios y muy dura. Sin embargo, arte puro. Me viene a la cabeza el pensamiento de que las obras artísticas que apuestan o logran lo genuinamente artístico, a veces original, a veces muy clásico, pero hermoso siempre en su oscuridad o luminosidad; estas obras no logran el calado de los productos más mezclados con el, a veces, por qué no negar la evidencia, necesario producto industrial. Y uno se plantea además que en los tiempos que corren el arte sufre cierta marginación. Desespera, pues, ver por un lado cómo lo genuinamente artístico tiene, al menos en un primer momento (la posteridad ya dirá), menor impacto, acogida que el híbrido, y que además el profundo significado que pudiera aportar a la vida tan ofuscada de hoy en día, a su tan mentada carencia de valores; el diálogo que pudiera establecer en la sociedad en torno a esto, la sensación de esperanza... todos esos contenidos que puede aportar el arte son desplazados hasta introducir a la cultura en un estado de crisis que afecta a su propia transmisión, como demuestra la candente polémica en torno a la política educativa del gobierno. Hay una evidente falta de oportunidades en uno de los más humanos cometidos del ser humano: su creatividad.

jueves, 2 de mayo de 2013

El político de hoy

Alguna vez he dicho que he sustituido la lectura religiosa de la prensa escrita, que te da la oportunidad de escoger lo que lees y en qué profundidad, por el informativo televisivo, que veo descansando un poco, desconectando de tanta letra y aprovechando para ver imágenes directas. Como en mí esto del telediario es reciente, no es extraño que me enfurezca con los discursos y promesas de unos políticos que escogen la demagogia para tratar al ciudadano como un estúpido. Y estúpido hay que ser para no darse cuenta de sus mentiras descaradas, vacías de cualquier pensamiento creativo, en un todo sigue igual contigo ahora sacando pecho en el poder haciendo y diciendo lo que te parece mientras aprovechas tu mayoría absoluta y yo machacando con críticas ilegítimas hacia algo que yo hice igual de mal o tampoco hice. Es decir, criticar al mentiroso y aprovechado viniendo de ese mismo recorrido y aprovechar la mayoría absoluta que te ha dado el pueblo para no contar con él. A mí solo me da impresión de seriedad Soraya Sáenz de Santamaría. Dicen que, con el desencanto político, el bipartidismo dará paso a un voto mucho más repartido entre diferentes formaciones. Habrá que ir viendo. El presente da pena.

jueves, 25 de abril de 2013

La compañía adecuada

El otro día estaba decaído mientras veía por la tele la contundente derrota del Barça. No es que sea hincha de ese equipo, pero siento afinidad. Sin embargo, mientras la pantalla enviaba a mi mirada gol tras gol, alguien se preocupaba por mi estado de ánimo. El estado de ánimo era, en aquel momento, una circunstancia azarosa producto de un juego, pero lo realmente importante estaba en aquello que rodeaban mis brazos, incorporándose a tomar un sorbo de su cerveza de vez en cuando y, forofa ella, preguntando las normas del fuera de juego o del córner, sólo conectando con los golpes de furia que hundían a su equipo con los brazos en alto tras los goles. "Qué mal veo esto". Parece que el fúbol es un lenguaje universal. Sin embargo, aquella persona que se preocupaba por mi estado de ánimo me hacía percibir que mi decaímiento era simplemente fruto del fin de un sueño futbolístico y cierto cansancio, y que mi verdadero ánimo estaba ahí, al lado.

Esta mañana he echado un vistazo a las noticias, el fútbol totalmente olvidado ayer. Cambio de ciclo que parece llegar al Madrid ¿Quién dice que el deporte está reñido con el arte? Yo diría que muchas veces nos da muestras de arte, como los olímpicos de la antigua Grecia. Y sin embargo, esta semana el fútbol no ha podido nublar en Barcelona el día de Sant Jordi: una rosa y un libro. Una fiesta en toda regla. Su encanto... ¿no se estará volviendo este madrileño un poco más catalán con el oleaje del tiempo esculpiendo y modificando la figura de su cuerpo?

jueves, 18 de abril de 2013

Crecer

La belleza emergente de una joven recién salida de la adolescencia, que se manfiesta en toda su sensualidad en estos cálidos días que nos ha traído la primavera. Jóvenes, quizá cuatro o cinco años mayores, que ya no tienen tanto pavo pero parecen seguir viviendo en el florecimiento de su cuerpo. Uno se prenda de esa belleza. Pasa el tiempo y, un buen día, escucha a su lado en el metro la conversación de unas treintañeras sobre el embarazo de una de ellas. La belleza física ha iniciado su declive, y uno no se hubiera detenido en ellas en su afán de juventud. Pero hete aquí que un buen día le sorprende la llegada de la madurez, la aceptación de su propia edad y disfruta cotilleando esa conversación sosegada y juiciosa. Se da cuenta de que había obviado una parte de su propio crecimiento y cae en la realidad feliz del cambio a un nuevo estadio de su vida, donde la perspectiva es diferente, el cariño sabio, más cómodo y natural, y el sentido de la vida empieza a hacerse más transparente.

viernes, 12 de abril de 2013

De la cultura a la realidad

Mucha gente elogia las obras de arte intensas, quizá abrumados, quizá porque estas han logrado hacer un hueco en su corazón. Recuerdo cuando se estrenó "Antes que anochezca", por la que Javier Bardem obtuvo una nominación al Oscar. En un ambiente que empezaba a liberar del ostracismo a los homosexuales, personas que ni lo eran ni parecían tener una sensibilidad hacia el tema se mostraban ante los demás halagando la obra maestra que habían descubierto. Sin embargo, solo eran víctimas de una tendencia y, a lo sumo de una sensibilidad que no pasaba de la pantalla. Pero, todo hay que decirlo, había hecho aflorar algo. Luego, cuando en la vida real te encuentras ante situaciones que ponen a prueba tu ética o tu integridad, aunque tu felicidad esté en juego, las cosas se convierten en vida real y la prueba en experiencia.

Yo agradezco muchas cosas a directores de cine y escritores que me han mostrado mundos aparentemente tabús con una dosis de disparatada risa o una honda ternura. Pienso en "Mi vida sin mí", de Isabel Coixet, o en los cuadros de Lucien Freud. Y, si logras atravesar ese difícil muro de la convención social, puede aparecer en ti una concepción verdaramente ética, una visión de la belleza más tierna de la que nos anuncian las convenciones de la moda. Encontrar la felicidad saliendo de la ceguera en la que, creciendo, parece que el mundo ha querido instalarnos, sin perder los guiños felices de nuestro recorrido por la vida.

viernes, 5 de abril de 2013

Inspiración

Si de vitalidad se trata, obtenerla para escribir una novela puede consistir en la tópica (y, por otro lado, naturalmente típica, pues quién no ha tenido sus momentos, altos y bajos) experiencia vital intensa, más intensa de lo común; pero puede consistir perfectamente en una mañana disfrutando de un paseo por el parque, entre gente jugando con el perro, chavales con el balón, la hierba fresca bajo nuestros pies, descansar a la vera de un árbol y volver a casa quizá después de haber parado a comprar el pan. Con eso, uno puede sentir que sus pulmones se llenan, que la vida cobra sentido. También puede inspirarnos el recuerdo inesperado de amistades recientes o lejanas en una escena concreta que nos provoca una sonrisa. Quizá simplemente el gozo de cocinar un buen plato una mañana de sábado. Puede inspirarnos un juicio sereno sobre la realidad que nos rodea: cómo nos afecta la crisis, la madurez, la soledad, el exceso o la carencia de trabajo o de ocio. Así pues, no creo yo que se trate de proyectar una mirada hipnotizada al horizonte en busca de nuestra gran epopeya, pues las mayores aventuras pueden también aparecer en la vida corriente.

viernes, 29 de marzo de 2013

Entre lo místico y lo profano

En Semana Santa uno, quiera que no, se encuntra por un lado u otro con una procesión o una misa. El Papa Francisco, que parece temerario en su forma de romper las formalidades eclesiásticas, a mí me empieza a resultar bastante simpático, aunque no sé lo que durará a este paso. Con tanta religión, resulta chocante pero un buen ejemplo de tendencias alternativas, que la filmoteca de Cataluña proyecte estos días El Último Tango en París.
Por lo demás, días tranquilos estos, que nos regalan luz y buena temperatura y nos anuncian un cambio horario que nos devolverá días más largos. Disfrutad del clima mientras dure, del sol que llega y de las fiestas.
Una película que me encantó y me atrevo a recomendar: Blue Valentine. Un libro un poco iconoclasta y bastante "pecaminoso": Trópico de Cáncer; me lo esperaba peor, yo creo que, con sus defectos, es un libro con grandes hallazgos, a la vez que no para de hablarnos de París, lo que siempre es glamouroso, aunque sea a través la vida de cloacas que nos transmite el autor. Chao.

viernes, 22 de marzo de 2013

Un vocabulario vital

Dicen algunos, quizá más de los que creemos, que la literatura es una reelaboración de nuestra experiencia. Jugamos con lo vivido y, al reelaborarlo, empeamos a cambiarlo involuntariamente desde el primer momento: la ficción nace sola. Como dice Vargas Llosa, nos convertimos en dioses de la realidad para transformarla. Además, esta experiencia, la vida de cada uno, sus circunstancias históricas -que si la transición, la guerra civil o la crisis actual- e incluso culturales -las lecturas que nos han influido, de nuevo voluntaria o involuntariamente-, se deforman por nuestra memoria hacia un recuerdo, creo yo algo idealizado o ensoñado: ¿Quién no recuerda al familiar o amigo perdido hace ya un tiempo de forma menos cruda, más almibarada de lo que era en realidad? O al revés, ¿quién no lo recuerda más malo de lo que realmente era? La vida y la experiencia, pues.

Así, a mí me encajó de golpe escuchar que el escritor ruso León Tolstoi era aristócrata y militar: es así como se comprende que le saliera una obra tan redonda como Guerra y Paz. A pesar de que él viviera en una época ligeramente posterior: los hechos estaban en el recuerdo colectivo, el pueblo ruso había hecho historia y había que explicarla en una gran novela, que llegó con el gran autor de las letras rusas. Parece como si entre nuestro vocabulario adquirido por todos estos caminos nos pudiéramos desenvolver entendiendo un vocabulario anterior, adquiriendo una comprensión más completa: ¿Quién no se comprende acercándose a su historia, familiar, la de su país...? A través de nuestras experiencias sentimentales creamos fantasías de lo más verosímiles y, partiendo de aquellas, pueden acabar siendo construidas en un resultado totalmente diferente, hasta el punto de que uno apenas pueda percibir una ligera huella común. Pero su vocabulario es el que nos ha enseñado a hablar, y nos ha inspirado en la semilla de la historia, en caminos que se han bifurcado, haciéndonos incluso rehuirla y reaccionar llevando la novela por el camino opuesto, como dándole una bofetada de reproche. Siempre se habla de personas de la vida real que han inspirado al autor o autora tal o cual personaje. Realidad, experiencia, ficción, un lenguaje con el que volar a la fantasía, al limbo, al futuro o al pasado.

viernes, 15 de marzo de 2013

El sueño de la novela

Una cervecita al sol, buena conversación y el sueño de una novela terminada cercano. Estoy revisando la novela, pero creo que áún tendré que dejarla en reposar en el cajón para darle un último retoque. Cuando llegué al primer taller literario, iba como un literato de arte, amor al arte. Allí me mostraron cómo es el público el que manda y que en cada capítulo hay que mantener enganchado al lector. La orientación no admitía digresiones ni demás tendencias que llevaran a la complicación lectora: se buscaba un best seller. Así pues, no renuncié al arte pero se me influyó hacia las preferencias del público de masas. La novela siguió su curso en un taller, en el que sigo participando encantado ahora, en el que el profesor es un escritor de prestigio, intelectual, amante del arte por el arte. Pura poesía, pues, que choca frontalmente con la orientación comercial, que ha ido tratando de corregirme. Yo creo que en gran medida tiene razón o, al menos, se ajusta a mis preferencias, pero no niego que el curso precedente me abrió las miras a un público que despreciaba. El resultado ha sido una novela, si bien relativamente breve, que me ha llevado año y medio terminar, al menos en su borrador más avanzado. Y, a medida que voy releyendo para corregir las últimas cositas, noto las influencias de las lecturas del momento, las de los profesores y compañeros de cada momento y, lo más satisfactorio, el gozo de los capítulos finales en los que ya se volvía a desatar una escritura que, a mi modo de ver, encontraba una voz propia. Ahora lo que más deseo, sin embargo, es acabar las correcciones actuales y dejarlo leer a gente querida, a la que he tenido en ascuas todo este tiempo.

viernes, 8 de marzo de 2013

Juicio propio

Seguir fielmente un medio de comunicación tiene sus riesgos. Yo, hasta hace bien poco, he seguido fielmente un periódico. Me ha aportado una información, tanto política como cultural, que en gran medida agradezco. Lo he seguido incluso a costa de saltarme los telediarios. Ahora, cuando relajarme ante la tele un rato me resulta más sano que leer el periódico contra reloj, noto que una salvaje libertad de conciencia, aquella no condicionada por los telediarios, más sensacionalistas pero más suaves, aflora dejando aparecer un criterio propio, que no sigue línea política alguna y que es libre de hacerse los planteamientos más peregrinos. Sin embargo, hecho de menos ciertas crónicas, ciertas firmas y cedo ante la necesidad de comprármelo el día que sale el suplemento cultural. El escritor William Faulkner recelaba de la crítica literaria de su país, EEUU, y yo entiendo ahora, a pesar de todo, por qué un o una librera experimentada emite un juicio propio que le hace discrepar de la opinión que uno se había establecido tras tanta prensa.
Lo difícil, en mi opinión, es crearse un mapa intelectual y emocional de ideas y referencias. A partir de ahí, uno puede salirse del tronco que es su particular cultura oficial para seguir una senda propia, original, suya más que nunca. No me imaginaba que fuera a devorar Últimas Tardes con Teresa embelesado a estas alturas. Pero aquí estoy, con un mapa sobre la mesa que empiezo a explorar.

jueves, 28 de febrero de 2013

Cosas

Hay cosas que a uno se le escapan y otras que uno aprende a su pesar, pero descubriendo toda su coherencia.

A mí se me escapa la comprensión de tanto perro con pinta de bestia malcriada que pasean por las calles o los parques. Bestias, me parece que sobran. Malcriadas, depende. Los hay que son cuidados por sus dueños con más cariño del que dispensan a su pareja, y los hay arrastrados con la correa por la calle entre insultos al animal que no obedece o agota la corta paciencia de su responsable. Al menos ya no hay que estar tan pendiente como años atrás para recoger sus deshechos. Nunca me vería con un perro, creo yo, eso sí, visto desde el día de hoy, que el roce y el cariño producen milagros; pero sí reconozco que hay una parte de la población con "familiares caninos" que se siente acompañada por el animal supliendo quizá la temida soledad, con el que establece un lazo estrecho, y al que incluso da una vida mejor de la que podía esperar. Conozco un caso de éstos cercano: la pareja tenía una gata y un perro desde hacía años y, no contentos, se han lanzado a adoptar un galgo de aquéllos que abandonan los cazadores acabada su función. Y tan felices.

Lo que voy descubriendo en toda su coherencia es cómo la edad, que pretende ir dando tablas a medida que avanza, provoca incertidumbres antes de alcanzado este equilibrio, si se alcanza y según cómo y hasta qué punto se alcance, nos va haciendo cojear primero de una pierna, luego de otra y cuando la sabiduría de la vejez nos debería dar profundidad en la mirada y una clara lucidez, hace que vayamos perdiendo el tacto, cierto uso de la razón y pasemos a ser poco a poco a poco el recuerdo de aquella flor cuyas experiencias vitales comentamos con alegrías para ser un foco de preocupación, atenciones cariñosas y cierta tristeza.

jueves, 21 de febrero de 2013

La naturaleza

La costa, pensemos en un pueblo tranquilo y algo apartado, permite vivir entre caras conocidas, unas pocas las que hay: fácil identificarlas. Tienes tu panadería, la cafetería, la papelería. Si es un pueblo con ciertas posibilidades encontrarás un colegio en condiciones y te podrá sorprender un polideportivo. Por sus calles añosas, podrás caminar percibiendo los sonidos de una cierta naturaleza entremezclados con la actividad humana, en las casas, en las pocas calles. Un bautizo, una comunión, reúnen a engalanados invitados en la iglesia o la plaza del ayuntamiento si es boda civil. Cuando llueva, la ventana entreabierta de tu piso bajo dejará penetrar el olor a tierra húmeda, viva. La naturaleza. Pensando sobre ésto, es curioso, me viene a la cabeza una anécdota reciente: estábamos comiendo en el salón urbanita cuando nos sorprendió la aparición de una paloma blanca al otro lado de la ventana. Animal salvaje. Estuvo allí unos minutos intrigándonos a todos, que especulábamos sobre el motivo que habría encontrado el ave para permanecer tan apegada a la ventana.Yo me detenía en observarla, divina en su blancura que parecía vestirla recién salidas la una de la ducha y la otra de la lavadora. Es hermosa esa ligazón entre el ser humano y la naturaleza, cuya condición, quiera o no quiera el ser humano acomodado y culturizado, no le abandona.

viernes, 15 de febrero de 2013

Cuando la hora se acerca

Estuve el otro día acompañando a mi abuela en la sala de espera del centro de salud de su barrio. Había bastante gente mayor. Enseguida empezamos a afinar el oído y a comentar las conversaciones de los ancianos. Úna mujer había acudido con su hermana, más joven y saludable. La más joven entabló conversación con otra anciana que había enfrente. Luego se sumó la hermana y ya las teníamos a las tres. La hermana mayor se jactaba de haber llegado a ser tan mayor, y de sufrir achaques por doquier y aguantar como una leona. "Ya verá usted cuando llegue a mi edad". La mujer de enfrente le replicó "Yo no soy tan joven, no se crea." Lo que pasaba, anuncicaba, era que se cuidaba muy bien, y con espíritu activo, positivo. Total, las dos mujeres se llevaban un año, 80 y 81. "Pues no lo parece, señora." Luego me tocó el turno de reconocer las fantasías de mi abuela: "Ya verás, el doctor es feo, feo, feo. Como Frankenstein. Pero es de bueno... Te atiende con mucho cuidado." Total, lo más parecido a la fealdad que resultó tener el pobre individuo era una voz un poco particular.

Así, con achaques a la vuelta de la esquina, estas adolescentes que son las abuelas, procuran divertirse sabiendo, o quizá no queriendo saber, que el fin está cerca. Porque las hay que quieren prolongar su vida hasta la eternidad y las que empiezan a pensar que, con esa salud y tantos años, comienza a llegar su hora.

jueves, 7 de febrero de 2013

Variedades

Poco me ha durado el sueño con música: al final había más música que sueño. Además, dicen que, si te acostumbras a escuchar la radio de noche, luego es muy difícil dejarlo. Como el tabaco, vamos.

Me hago eco de unas declaraciones del ministro Wert en las que dice que hay que pensar la carrera que se elige estudiar en función de sus salidas profesionales: ¿Qué hay de la vocación? Nos invita a quedarnos sin nuestros insignes científicos, sin esa larga tradición de grandes artistas, sin un empresario emprendedor con ideas realmente necesarias. Parece que este hombre se sienta con un chaleco antibalas y además el más rápido del Oeste. Es él, Jose Ignacio: se pide recompensa cada vez más alta por tal pieza, especialmente por estas tierras catalanas, intuyo yo sin demasiada dificultad.

Por otro lado, el paro nos da dos noticias: una, tradicional, que sigue y sigue creciendo; otra, práctica, que nos permite aprovechar el parón para guardar cama con ese catarro que le está entrando a todo el mundo con estos fríos.

Ya queda menos para los Oscars, chic@s. Aunque yo prefiera los festivales europeos de cine, no les quitemos su glamour. Hasta la semana que viene,

Dudu

jueves, 31 de enero de 2013

Compañías nocturnas

Últimamente tengo una nueva compañía nocturna. No despierta mis zonas erógenas, pero me susurra al oído y me sigue tanto en el sueño profundo como en la cercanía del despertar. Hay veces que, pasado el rato, la ignoro y me sumo en el sueño silencioso. Es la melodía de la música en la radio escuchada a través de auriculares para no molestar al durmiente vecino. Otorga la vitalidad de mensajes variopintos que, con un un espíritu u otro, nos quieren hacer llegar su aventura o mensaje. Tengo la discoteca mientras duermo. Solo falta el juego de luces, pero, claro, eso haría un poco más difícil la larga siesta. Hay gente que escucha programas de radio hablados por la noche; qué sé yo, pero no hay forma de meterme materia gris a esas horas. Además, me parece que entra más la emoción humana de esa manera. Serán temporadas. Dicen también que, si te acostumbras a escuchar la radio por la noche, a tener su compañía, luego no puedes dormir sin ella. Yo recuerdo una película, Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal, de Clint Eastwood, en la que el protagonista se pone una cinta con sonidos urbanos para poder dormir. Compañías nocturnas.

jueves, 24 de enero de 2013

Tradición e innovación

Cuando se quiere innovar en las artes, es difícil saber distinguir el punto entre lo que rompe moldes y abre nuevos caminos ante nuestro asombro o rechazo inicial, y lo que se convierte en un absurdo ejercicio de enrevesamiento por muchos conocimientos que tengas. Van Gogh murió habiendo vendido un solo cuadro, y creo recordar que fue a su hermano, pero la posteridad le dio reconocimiento: asombro, conmoción, ante una obra rompedora. Sin embargo, y es cierto que ha sido muy alabado, para mí la lectura de Poeta en Nueva York, del también universal Federico García Lorca, se hacía un texto incomprensible, que dificultaba el fluir por sus páginas y apenas proporcionaba un mínimo deslumbramiento. Quizá sea culpa mía. En cualquier caso, su posteridad ha podido perder un lector de no ser por ese par de obras teatrales suyas que tanto me llenaron sin necesidad de tanto enrevesamiento. Las artes pueden, así, resultar vacías tanto por caer en tópico como por un exceso de experimentación. Sin embargo, si te anclas en el tópico no avanzas, ni avanza la historia de ese arte, y si experimentas puedes dotar de un nivel nuevo, un tramo más, a esa larga historia que es esa arte en cuestión. Innovación y tradición, pues, son dos puntos alejados que nunca pueden dejar escapar su vínculo.

viernes, 18 de enero de 2013

El tiempo

El frío invernal paraliza cuando uno piensa en salir a la calle. Finalmente, coge el abrigo, quizá unos guantes con su gorro y su bufanda, y sale. Y uno piensa: qué diferencia de sensaciones, que cambio en el modo de vida, simplemente debido al clima. No acabo de comprender cómo esos exóticos países asiáticos como Tailandia ven cada año sus ciudades inundadas hasta el cuello y, como en un ciclo, luego van recuperando su normalidad hasta el siguiente temporal.

Acostumbrados como estamos en la costa a ver los cuerpos semidesnudos tostándose en verano o con unas ligeras camisetas de tirantes, en invierno la sugerencia es el atuendo, más o menos ceñido, más o menos conjuntado, más o menos formal, que hace imaginarcómo serán esas largas piernas o invita simplemente a pensar qué guapo está ese hombrecillo con su barba de unos días y el chaquetón. Quizá se encuentre ella a uno despistado, que va a su rollo con los auriculares y unos pantalones verdes. El complemento se convierte en protagonista, la naturalidad de los pechos desnudos o la tableta de él se esconden en líneas que deciden anunciarse o ser más discretas.

Hacía ya un tiempo que no llovía, tanto que ni me había parado a pensar en ello cuando esta mañana me ha sorprendido el agua cayendo del cielo. Tiene algo de melancólico, pero también de romántica aventura eso de atravesar calles lluviosas, cobijarse en un café ante los momentos en que arrecia con mayor crudeza. Y todo este frío, esta lluvia que nos impacta en una zona litoral de clima más o menos suave. Será vicio.

jueves, 10 de enero de 2013

Y la nave va

La mañana temprana hace que adelantes tareas sin ánimo de subir las persianas, en un despertar prematuro. Luego, primeros objetivos del día ya cumplidos. Desayunar, subir las persianas, ver cómo el sol aún hace el último esfuerzo por invadir una calle en la que la boca del metro está iluminada aún mientras vidas de rumbos muy diferentes van entrando en ella. Hormigas. Un país lleno de pequeñas hormigas que, quizá, realizan un recorrido hipnótico a lo largo del día entre la desorientación y la ansiedad por la ausencia de un trabajo. No son las cifras que anuncian los medios lo más impactante, es verlo en la vida que te es más o menos cercana. Nos ha invadido. Y mientras tanto, gente trémula ante su futuro coge el metro camino del trabajo, que, no, no debe quejarse: es ya una bendición.

Los árboles invernales muestran sus ramas desnudas, quizá alguna hoja seca a la que se le ha olvidado que, en España, lo suyo es quedarse descolgada. El sol se enseñorea ya, los coches circulan con más densidad, los autobuses no dan la impresión de llevar zombis al patíbulo: la luz del día hace su color rojo más vivo. Al fin y al cabo, el ser humano debe tener ese sano derecho a sentir alegría, por pequeño o grande que sea su motivo. Tirar para adelante. A pesar, de que los políticos mienten y roban como siempre lo hicieron, de que pagan justos por pecadores. De que a este país le falta salud y, precisamente, el sector sanitario sufre grandes recortes: Madrid, Cataluña... Unamos España a través del AVE, y unámosla con Francia. No, unamos Cataluña con Francia. Conflictos añadidos, despropósitos de falsos visionarios a uno y otro lado. Falsos mesías por todos lados. Se dice que de estas situaciones surge un gran arte, también que, no queda otra, estamos al final de una época y en el umbral de otra ¿Que repetirá falsos parámetros de esta con el motor mejor engrasado, las ruedas renovadas, el diseño cambiado, pero el mismo piloto para el coche de alta gama y la misma ingente cantidad de gente para un metro con un, llegará el momento, par de líneas nuevas? No olvidemos que también hay gente noble o al menos meritoria que llega hasta arriba con justicia, y que obra bien. No olvidemos que hay gente ejemplar. No olvidemos que hay un resquicio para la felicidad.

jueves, 3 de enero de 2013

Hacia lo cotidiano

En estas fechas uno pasea por la noche en las calles cocurridas del centro o del barrio y se encuentra las lucecillas festivas prometiendo felicidad y buenos augurios. Es el momento para tomarse un chocolate caliente, curiosear entre las tiendas a veces inaccesibles. Es también el momento de sentirse parte del bullicio navideño, parte del grupo. No importa que los regalos hayan menguado este año: papá Noël está en horas bajas aunque todavía quede la esperanza de los Reyes Magos. Vemos al Papa en su misa por la tele (libre albedrío: yo cambio de canal a los dos segundos), el concierto de año nuevo. Quizá nos regalamos más cariño del habitual. Yo me he regalado un detalle a mí mismo, con sorpresa, humana y literata sorpresa, incluida. De esas que dan ánimo. Y de repente, las navidades comienzan a expirar, muchos tienen que espabilar antes de Reyes: ha pasado ya toda la fantasía como si de un sueño se tratara y solo queda de ella el ratito que se pasa en la calle del trabajo a casa. El frío está presente con fuerza, pero ya miramos hacia los días de luz cada vez más largos, la primavera más cercana, y la posible felicidad cotidiana.