jueves, 4 de agosto de 2011

Dos respiros

Desde la semipenumbra, escucho el agradable hilo musical de una emisora de tendencias de antaño. Si por la mañana caminaba buscando las sombras urbanas que aliviasen el calor que caía desde un sol descarado, por la tarde la luz del sol se iba despidiendo de jóvenes juguetones en las arenas del mar, que se resistían a poner fin a la tarde; el agradable frescor permitía ver pasear a jóvenes con sus bebés o personas mayores de paso lento y complicidad asentada. Dos respiros, uno matinal y otro al atardecer, de un día agotador.

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