viernes, 31 de agosto de 2012

Tiempo de cambios

La gran ciudad ha perdido la tranquilidad del verano: las carreteras se reencuentran con un tráfico la mar de intenso, el gentío que había en playa o montaña ha vuelto de su paréntesis vacacional y seguramente este fin de semana las tiendas y discotecas revivan, o comiencen a palpitar la nueva temporada.
Lujo para los playeros de allende la ciudad, allí donde se dice que el agua es limpia y el lugar idílico para unas vacaciones. Esos lugares se llenan en los meses de vacaciones, a veces son un avispero, y de repente se encuentra su habitante con cuatro coches, un clima algo fresquito que no impide bañarse entre las cuatro toallas del que hace tai chí en la playa, la que se ha bajado con su sillita y aquella otra que se tuesta un rato en plácido top less, entre baño y baño como los demás.
Ya puede uno pasear a media tarde sin que el sol le devuelva a casa medio mareado... calores impropios de agosto que nos han enturbiado la cotidianeidad... Por fin ha llovido, hemos respirado la sana humedad de la tierra. Tiempo, en fin, de cambios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario