sábado, 25 de agosto de 2012

Buena persona

Hay cosas que son de cajón. Parece que una fórmula eficaz para ser un buen escritor es leer mucho y vivir mucho. Yo creo que llevo mucho leído, a ratos demasiado, aunque con la competencia de las ratas de biblioteca nunca se sabe: hay que leer por ansias de conocimiento, placer o curiosidad, creo yo. Y siempre que haya una satisfacción: harto, este verano, en plena ola de calor, dejé el Ulises de Joyce por, al menos en aquel momento, insufrible. Y digo al menos porque a ratos lo disfruté.

En cuanto a lo de vivir mucho, para mí implica tener experiencias extraordinarias, raras veces, o hacer lo que dicta el sentido común a una buena persona: ser coherente, consecuente, honesto y sincero cuando haga falta. Tener tacto y ver hasta dónde te lleva el camino de las virtudes que persigues. De momento, a mí, alcanzando tales virtudes en mayor o menor medida, me ha conducido a valorar mejor y a veces más rápido a la gente, entender algo mejor el fluir de la vida y ver cómo crece un intercambio de cariño y afecto con mi amiga la Jo. Que así se llama. Recomiendo, por último, El Extranjero, pequeño libro de Albert Camus.

No hay comentarios:

Publicar un comentario