domingo, 2 de octubre de 2011

Divagaciones

En casa escuchando música tranquila, acojo el final de este domingo sin grandes tristezas. Anoche lo pasé bien en grata compañía, y había ido a una sesión matinal de cine, una película graciosa sin grandes pretensiones que me hizo pasar un rato agradable. Durante la semana había pasado momentos de cierta soledad; la piscina y Oscar Wilde me consolaron. Ahora se me plantean estimulantes aunque poco garantizados horizontes de cara a la semana que viene, y en ello estoy. Me pregunto cuál es la técnica narrativa que se debe adquirir para llegar a publicar, yo, a quien siempre habían dicho que la base de una buena escritura es una base sólida de lecturas. Ese interrogante quizá empiece a dejarme ver un claro hacia mediados de mes, todo es esperar. Desde este fin de semana, que ha sido tan tranquilo que, sin darme cuenta, apenas he seguido las noticias, salvedad hecha del estreno de la última peli de Sofía Coppola, que iré a ver en cuanto pueda. Sigue la música, yo ya vuelvo a pensar en tumbarme en el sofá y seguir escuchando tranquilo el álbum.

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