domingo, 23 de octubre de 2011

Para ser feliz

Suena Nina Simone de fondo y alegra ver cuánta vida tenía la gente en nuestra memoria del blanco y negro, en la memoria que antecede a nuestra existencia. El viernes, camino de tomar una copa relajada, cayeron tímidas gotas que anunciaban un retorno a todo ritmo y llegada a casa empapados. Sin embargo, quedó en el simple anuncio. Caminaba ya con mi abriguito algo ligero, aún así yo muy friolero. Sentados en un lugar de la bohemia encontrado al azar de la caminata sin rumbo fijo, disfrutamos del silencio y de la complicidad conversadora mi amistad y yo, tranquilos, confiados en que el otro ya no es un desconocido, sino alguien en quien depositar tu confianza, en quien apoyar el brazo si es necesario. El lugar era barato, con gente pero sin ese ruido de voces altisonantes y música a toda traca que impide la conversación tranquila. Y en un momento dado comentamos las tres o cuatro cosas elementales que se necesitan para ser feliz.

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