sábado, 15 de octubre de 2011

Kleenex

En un día de calor sorprendentemente otoñal, de este otoño que muchos deseamos empiece a serlo y deje atrás el verano, en ropa ligera me entró un airecillo fresco por un súbito y ocasional cambio de temperaturas cuando aún era joven la tarde. Al rato, sintiéndome frío, me puse una ropa algo más abrigada. Sin embargo, ya estaba ahí: destemplado al principio, luego vinieron la sequedad en la garganta y el recurso al kleenex. Ya llegó el resfriado. Ahora tan solo queda la conciencia del disfrute de las energías renovadas y una recuperada autonomía... respecto al kleenex. Señales del otoño, que parece ir va llegando a su pesar.

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