Esta semana os invito a leer unas líneas de mi estimada Laura Mir:
Entre los flamantes y vivos verdes se pierde la vista hasta
dar con escarpadas montañas heladas; se relaja ante el extenso llano que forma
el valle de la Media Luna. Dicen los viejos de él, que hace milenios cayó un
gran meteorito del espacio dando forma a este singular paisaje; la belleza que
ahora mismo observo, entre fresas silvestres, dientes de león y robles
centenarios, me hace admirar la capacidad que posee la naturaleza sanando sus cicatrices.
Chucho, descansa sobre el pequeño sofá de esta cámara, que
dejó de estar recta mucho tiempo atrás, cuando todos los días eran
felices. De vez en cuando, eleva una oreja vigilante. Me siento tan segura a su
lado.
Dentro de un rato, cuando el sol comience a decaer,
saldremos a dar un largo paseo por la vereda del río, mientras Chucho,
vaticinando que tendrá que cansarse porque son interminables, se toma su tiempo
en ensoñaciones caninas, puede que incluya en sus sueños la trabajosa labor de
desenterrar un hueso olvidado.
Mi pensamiento se eleva a las nubes blancas, hoy no parecen
de algodón, son estriadas, finas, casi transparentes; trazadas sobre el cielo
azul de cualquier manera, como a brochazos por un mal pintor.
Hay viento suave que mece las hojas de los árboles, como en
una danza etérea, imprevisible y misteriosa, pero con cierta armonía.
A lo lejos se oyen risas sin motivos, gente común y
sencilla, celebran algo simple; me siento tan a gusto.
Quizás no sea el lugar más maravilloso del mundo, pero es mi
lugar, donde sin ningún pudor puedo extenderme más allá de la piel y obtener
las sensaciones que en estos momentos experimento.
Guauhhh bonito!!!
ResponderEliminarMuchas gracias por la publicación y estimulante comentario anónimo. A Chucho y a mí nos sienta de maravilla. Besos.
ResponderEliminarLaura
Genial
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