jueves, 2 de enero de 2014

Año nuevo

Las celebraciones por la entrada en un nuevo año se extienden a lo largo y ancho del planeta. Muchos hacen alarde de pirotecnia, el cava fluye por las gargantas después de haber consumido una cena suculenta y uvas precipitadas. Después, el más joven cae en el desparrame y se va de fiesta hasta que, una mujer que ha pasado la noche más tranquila, recibe su voz desde la calle a través de la ventana emitiendo sus últimos estertores festivos ya recuperándose del viaje alcohólico. La gente busca asegurarse una forma especial de celebración para tan señalada fecha. Aunque lo cierto es que, visto fríamente, se trata de un simple cambio de cifra, un cambio de fecha. Y hemos entrado en el 2014, nos acercamos al ecuador de la década y hacemos balance de lo que ha pasado a través de nosotros en estos años, y entra un poco de vértigo: el tiempo vuela. Pero esbozamos una sonrisa. ´Con el paso de año también atravesamos algo más que el ecuador de estas fiestas navideñas, que entre comida y comida, encuentro y encuentro, se va haciendo algo pesada y uno, cansado ya de oír el trenecito navideño dando vueltas por la calle, espera que todo vaya volviendo a la normalidad.

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