jueves, 6 de junio de 2013

Antonio Muñoz Molina

Han concedido el premio Príncipe de Asturias de las Letras a Antonio Muñoz Molina. Tras los silbidos en el Liceo, se ha hecho evidente que también el príncipe atraviesa horas bajas, en una institución, la Monarquía, que corrupciones aparte me parece ya desfasada. Asturias no la he visitado nunca, pero siempre me han dicho que es una zona verde y hermosa. Siento predilección por las letras, y este extraño premio que se concede cada año ha adquirido un prestigio que no le voy a negar. A pesar de haber leído tan solo una novela muy breve de Antonio Muñoz Molina, que además no me gustó: "En ausencia de Blanca", he seguido durante mucho tiempo la página que tiene reservada en el suplemento cultural Babelia hasta el punto de convertirme en un verdadero fan a quien se le ha acabado por volver a despertar el interés en leerlo. Cuando me preguntaban sobre autores españoles contemporáneos a quienes quisiera leer, no faltaba él, o aparecía en primer lugar junto a Luis Landero o Miguel Delibes, con quienes ya he empezado a saldar mi deuda. Dicen que una de las grandes novelas de Muñoz Molina es "El jinete polaco", y ahí queda la sugerencia de la que también he tomado nota para mi persona. Sin embargo, no prometo que guste, primero porque no he leído el libro, segundo porque he oído que lectores medios se aburrían tanto con el libro que lo dejaron antes de acabarlo. Para las personas que tengan este temor y sigan deseando leerle, decir que luego publicó obras como Plenilunio, un thriller que, quizá, mantenga más fácilmente enganchado al lector. La empatía que siento hacia el escritor me hace manifestar que hubiera deseado tener más elementos para valorar su obra a la hora de recomendar una novela suya.

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