jueves, 13 de febrero de 2014

Nómada

La vida del nómada tiene sus inconvenientes. Va de un lado para otro como eterno descubridor, y a la vez como un elemento exótico que siempre será nuevo para aquellos que, sí, tienen sus raíces en el lugar. Conocerá costumbres, modos de vida, climatologías y estilos de arte diversos. Conocerá lenguas y diferentes gastronomías. Este nómada se encontrará de vez en cuando con alguien con quien trabará estrecha confianza, ya sea a través del amor o de la amistad. Pero siempre estará condenado a irse, a vagar, porque ese es el camino que ha elegido. Como contrapartida a la oportunidad de tener siempre los ojos abiertos a nuevos descubrimientos, no conocerá realmente hogar alguno, mas que semillas sueltas a lo largo del camino y recuerdos dejados en aquellos que se le cruzaron con inquietud. Quizá, sí, cuando las energías ya empiecen a fallarle y la nostalgia sea mayor que el ansia de aventura, se decida a echar raíces, y entonces descubrirá lo que es tener un vecino con el que cruzarse todos los días, un amigo con quien compartir las comidas que su extraño camino le ha llevado a descubrir y un amor con quien compartir las historias de todos los días y las historias pasadas, pero compartirlas hasta el final de sus días con la misma vista a través de la ventana cuando se levanten cada mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario