domingo, 6 de noviembre de 2011

Feliz

Llueve, lleva todo el día, todo el fin de semana lloviendo a mares. Pero estoy feliz. Anoche salí a la aventura, lo peor que me podía pasar era empaparme. No sucedió. Fue una noche con aires retro y confesiones. Una noche feliz. Feliz me hace, por fin, también que otros proyectos comiencen a tomar forma. Que empiece a ver el agujero por el que siempre caía, sin llegar a entender nunca por qué no llegaba al otro lado. Es una nueva etapa de un camino soñado, que no realizado: estoy en caminando, esquivando los socavones en ese sueño, sin haber llegado a sus poco accesibles profundidades. Pero veo un terreno más claro. Siento que no soy tonto, o inepto para esa fantasía: faltaba norte, luz sobre, esperemos, un mármol que iremos puliendo, un sueño poco visible en sus encrucijadas y enigmas.

Al final han quitado de cartel en muchos cines la peli de Sofía Coppola y tengo pocas esperanzas de verla en cine. Irrumpe Lars Von Trier con su Melancolía: quizá.

Pero estoy feliz. Dicen que es un sentimiento muy pasajero, no como la alegría que permanece en el ánimo durante más tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario