jueves, 28 de noviembre de 2013

Lo que fue

La memoria rara vez nos traslada una imagen nítida del pasado. El recuerdo está distorsionado por la forma en que hemos fantaseado regodeándonos en él a lo largo del tiempo, con nostalgia, melancolía o haciendo de él el icono de nuestras raíces. A veces conservamos una imagen, un lugar, la expresión de una mirada que nos es inmortalizada por una fotografía. Y, sin embargo, sí que nos queda una huella emocional, una cierta poesía inconsciente de lo que fue la magia de nuestra vida. Aquella que ha contribuido a forjar nuestras emociones y nuestro carácter. Los seres queridos que se fueron, los amores pasados, viejas amistades, viejos tiempos, un trauma puntual. Todo ello ha ido conformando nuestras vidas y vale la pena detenerse de vez en cuando en un silencio interior para recorrer esa extraña forma de autoconciencia y dar riqueza a algo tan propio como es el ser de uno.

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