jueves, 21 de noviembre de 2013

La libertad de elegir

Desde que el mundo es mundo se han dado las más diversas formas de amor. La geisha enamorada del guerrero que acudía a visitarla a la vuelta de sus lances, esperando y esperando unas palabras de amor comprometido que se quedaban en regalos y carantoñas; la dama de la alta sociedad que vivía una pasión con su jardinero; nuestros españoles príncipes rompiendo la tradición de mezclar sangre azul con sangre azul. Y media España casposa que ha estado enamorada de la Princesa del Pueblo. El amor puede ser pasional y arrebatado, con un fuerte componente sexual; romántico, espiritual... Sobre todo ello tenemos buenas muestras en la literatura, desde El Banquete de Platón, pasando por El Arte de Amar de Ovidio o Las Amistades Peligrosas, de Laclos, hasta los consultorios de pareja actuales, los sexólogos o el flirteo por internet. Hay que ver que, bebiendo de la tradición pero avanzando con el progreso, las relaciones cambian con la época, y hoy no es extraño pensar, mirar, recibir la mirada de otro hombre o mujer soslayando la incógnita de la situación sentimental del otro. La vida se abre al amor, creo yo, en la libertad de elegir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario