jueves, 12 de diciembre de 2013

De la belleza y el espectáculo

Se lucen por ahí curvas y abdominales. Que el ejercicio es sano lo sabemos todos, pero el culto a determinados cánones de belleza es una forma de esclavitud como aquella de que se liberaba Ulises en la Odisea al superar el obstáculo de las sirenas. Y es que, la presentadora o el presentador del telediario, con la cadencia de su voz, su atuendo y el filtro de su figura en el proceso de selección, así como la figura encargada del tiempo, los iconos del cine en su mayoría, los y las modelos por quienes tanto suspiran muchos sin haber caído en la realidad de compartir con ellos unas horas o unos días de sus, quizá anodinas o estupendas vidas, son un escaparate para el entretenimiento en el espectáculo global en que se pretende convertir a la vida para adiestrar el pensamiento, invitar a una felicidad ficticia y obligarnos a recordar muy vagamente cuál es nuestra propi belleza. Ésta puede estar en la mirada de nuestro amor que ve a través de nuestra obesidad, en la de quien sabe superar los prometidos tesoros ahora aparentemente conquistados en la belleza despampanante acorde con los tiempos de su pareja para ver a la persona en sí... En fin, que, tras el espectáculo ancestral del entretenimiento del personal, está el personal propiamente dicho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario