viernes, 26 de agosto de 2011

Las edades

Las edades. Los errores, los aciertos. La gente joven se enamora intrépidamente, valiente y a veces poco reflexiva. Las edades avanzan y se crean familias o comodidades de soltería: para qué necesito a un pesado al lado que me quite libertad. Largos matrimonios se diluyen en el despertar de una falsa historia sentimental, que deprime y, con suerte, separa y devuelve a cada uno un espacio donde poder aventurar su vida; matrimonios igualmente largos han sido felices si se ponderan y solo se diluyen cuando llega el fin que siempre nos espera. La juventud es fresca pero en ciernes, cierta edad te comienza a dar una madurez que te sorprende, entre el ímpetu del joven y el declive de la tercera edad. También es cierto que las nuevas generaciones de ancianos se nos hacen mucho más longevas, y que no se sabe bien si, a partir de cierto punto, es mejor decir adiós a la vida o intentar arrastrar nuestras enfermas almas unos alientos más.

martes, 23 de agosto de 2011

El amanecer de la nostalgia

Va cambiando el tiempo, ya no hace el calorcito apacible que acompañaba sin asfixiar las últimas semanas. Han llegado las nubes y con ellas la lluvia. El recogimiento. Es un clima que nos va avisando: soy temporal, estoy aquí para luego devolveros el sol unos días y luego volver a visitaros hasta absorberos definitivamente llevandoos al inicio del otoño. Es un anuncio de que se acaba el relax, de que habrá que volver al real mundo del día a día. Mientras, aprovechemos el olor de la tierra humedecida, el gozo de una buena comida en compañía, generosa en porciones y sabrosa y casera. Disfrutemos de una buena copa de vino. De una pequeña excursión. Ineludiblemente nos invadirá la nostalgia del fin a medida que pasen los días, pero va apareciendo el estímulo de nuevos planes y el placer de olfatear ya algunos ritmos olvidados. Volverá el metro y la muchedumbre y entonces, allí ya, será cuando echemos la cabeza atrás, otearemos el horizonte y ponderaremos con sobriedad, y el último deje de nostalgia.

domingo, 21 de agosto de 2011

Arrebato

Desde una aldea pequeñita, la sucesión de los días provoca que por aquí y por allá te vayas enterando de las historias de las vidas de esta gente. No cabes en tu sorpresa por la forma tan salvaje en que se resuelve lo más liviano de la vida y, como los dientes de una rata, el paso de los días sigue hurgando en las historias de estas gentes, muchas de ellas de muy avanzada edad, que no obsta a su actitud decidida a la hora de montarse la marimorena. Es un lugar en el que van desapareciendo los lugareños, que han ido muriendo pese a la longevidad generalizada que se alcanza. Pero los pocos que quedan responden a la fama que les da la zona y de sus genes brota el conflicto, la pelea, el arrebato.

jueves, 18 de agosto de 2011

El monte

El monte. Se presta a que uno se embeba de paisaje natural a uno y otro lado. Al aire puro, al agua verdadera nada más abrir el grifo. Una ensalada con productos de la huerta. Comidas con muchas calorías. Se presta a que uno salga con el frescor de la mañana a correr y, cuando decida que ya ha cumplido con el trecho propuesto y desee hacer lo que queda de recorrido caminando, tenga que abanicarse con unas cuantas ramitas de hoja larga para ahuyentar los mosquitos que se ceban con la cabeza de uno cual enjambre. El monte se presta a lecturas, plácidas, estudio tranquilo y sueño suave. A paseos cuando el sol pierde fuerza. Al recuerdo. A la humanidad salvaje. En verano.

jueves, 11 de agosto de 2011

Lo que tienen las carreras de humanidades

Lo que tienen las carreras de humanidades...:

Yo he sido un lector voraz. Últimamente me he relajado un poco y me descubro escuchando M80 en la radio cuando, en otro momento, estaría leyendo. En las asignaturas de literatura medieval, nos enseñaban cancioncillas que se han conservado, y para ellos sería algo muy parecido a lo que para nosotros es escuchar una bonita canción. Conclusión: la literatura bebe de muchas fuentes, y también se crea en ellas.

Otro de los problemas que acarrea la lectura es que el libro todavía se disfruta mayoritariamente en papel. Yo he aprendido últimamente con la Nueva Gramática, llena de conocimiento, sin necesidad de tocar un teclado. Total, que tras un período de tiempo más amplio que estrecho, seguía sin tener la informática por la mano. Finalmente, me he puesto manos a la obra y es como aprender a utilizar un juguete de lo más avanzado y sorprendente. Uno siente que va haciendo alguna virguería y le da un subidón en el ánimo. No habrá más tu tía que combinar la literatura con la informática.

domingo, 7 de agosto de 2011

Disfrutad de vuestras lecturas

Cuando acabé el hace poco la novela Suite Francesa, se me creó un vacío que pasó a convertirse en incertidumbre por qué leer después. Libros no faltan en la estantería, pero iba picoteando sin decidirme. Al final, acogí como todo un descubrimiento El Primer Hombre, de Albert Camus. Sin embargo, con el paso de los días un reciente amigo me envió una breve pieza teatral que no tardé en imprimir. De ello hace poco. La empecé ayer, pero por la noche, al ir a recoger a un familiar de regreso de un viaje, me encontré con que me traía el regalo de parte de una amiga con el mensaje: que se lo lea aunque se lo haya regalado yo (ya se sabe la polémica relación que tiene el lector iniciado con los bestsellers o literatura comercial, a la que suele subestimar). Añadía que veía el libro como un retrato de mí. Animado por el cariño que transmite el regalo, lo he empezado esta mañana. Es un texto breve de una editorial pequeña, al parecer policíaco, y me está causando una muy grata sensación al tiempo que me mantiene en ese intríngulis de cuál será el reflejo de mí mismo por el que ella me urgía a leerlo. La llamaré sin duda cuando lo acabe. Por lo demás, hoy no me cabe más que decir: disfrutad de vuestras lecturas. Un abrazo a todos.

jueves, 4 de agosto de 2011

Dos respiros

Desde la semipenumbra, escucho el agradable hilo musical de una emisora de tendencias de antaño. Si por la mañana caminaba buscando las sombras urbanas que aliviasen el calor que caía desde un sol descarado, por la tarde la luz del sol se iba despidiendo de jóvenes juguetones en las arenas del mar, que se resistían a poner fin a la tarde; el agradable frescor permitía ver pasear a jóvenes con sus bebés o personas mayores de paso lento y complicidad asentada. Dos respiros, uno matinal y otro al atardecer, de un día agotador.

martes, 2 de agosto de 2011

Abuelas

Cada cierto tiempo, uno va a ver a su anciana abuela, que se ha convertido en bisabuela ya. Quizá, como es mi caso en la visita de hoy, se trata de una mujer muy anciana, que ya no se vale por sí misma y ha visto, con el paso de los años a todo su entorno generacional morir. Ello le da pesadumbre de seguir, ella, sola, en este mundo, y espera su momento entre pequeñas alegrías. El día ha sido soleado, una leve brisa en la sombra en la que nos ocultábamos para tomar una infusión ha hecho el rato muy grato. Tras la visita, de vuelta, me planteo que yo también me voy haciendo más mayor y que un día, antes o después, que nunca se sabe, acabará mi camino por esta vida.